La vivienda dispone de 110 m2 repartidos en dos dormitorios con baño en suite, salón-comedor, cocina y un aseo. Una vez realizada la mejor distribución de los espacios y la definición de los armarios, cocina y baños, continuamos con la elección de los materiales, los acabados y los colores.

Todo realizado desde la perspectiva del home staging, dado que la vivienda se destinaría a alquiler. Es recomendable, en este tipo de proyectos, que la paleta de colores se centre en los colores neutros, la finalidad es que el conjunto ofrezca la mayor sensación de amplitud posible. A ello contribuyen el color blanco roto, escogido en las paredes, el suelo alistonado de madera de roble de lama ancha. 

Me gustaría llamar la atención sobre las puertas, que decidí instalar de suelo a techo. ¡Un gran acierto! Además de dar un punto de elegancia, aportan sensación de mayor altura a la vivienda. Escoger puertas correderas, en los baños en suite, incide una vez más en la sensación de mayor amplitud para ambas estancias. 

En los baños se ha evitado el azulejo y apostado por un revestimiento en piedra natural, una mezcla de tonos gris y beige, conocida como el color “greige”. Convive con el resto de los colores escogidos para toda la casa. Este revestimiento en piedra combinado con pintura resulta más luminoso, dinámica y moderno. Las griferías son de Gessi en negro mate; intencionadamente se escoge otro color para la grifería del dormitorio principal, en color aluminio y acabado cepillado mate. Destaca especialmente, junto a la bañera exenta, un bonito grifo que nace del suelo.