Die Kirsche
(Zúrich Suiza)

Estilo sencillo, funcional y sostenible.

Die Kirsche, La cereza, es el nombre que Sandra escogió para el proyecto de su nuevo hogar. Una casa unifamiliar con un jardín presidido por un cerezo. La casa de sus sueños para ella, su marido y sus dos hijos. El proyecto de reforma, arrancó con la redistribución de los espacios, cambio de suelos, selección de pintura…

El recibidor de la vivienda, como su nombre indica, es un espacio para recibir a nuestros seres queridos y a nosotros mismos cada día. Me gusta mucho diseñar y pensar estos espacios. En esta entrada el objetivo primordial era tener un armario con capacidad suficiente. Desplazamos el muro del aseo y diseñamos el interior y el exterior del armario, que ahora se ajusta perfectamente a las necesidades de la familia. Me gustan los procesos, son imprescindibles para que el diseño se ajuste a lo que el cliente necesita.

Para el aseo de cortesía viajamos a Barcelona, ciudad que Sandra conocía bien porque había vivido un tiempo allí. En los suelos hidráulicos de las casas antiguas encontramos la mejor forma de transmitir las reminiscencias barcelonesas. Recurrimos a un fabricante local de este tipo de suelos, que realiza diseños de entonces. No fue fácil la decisión, después de dos días visitando su exposición. Sandra y yo estábamos seguras de que aquel suelo geométrico era lo que buscábamos. De aquella baldosa nació la paleta de colores, terracota, azul, gris y beige.

Una vez escogidos el suelo y los colores, definí la forma y distribución de los azulejos: llegarían a media altura y tendrían acabado almohadillado en mate, como los del metro.

El lavabo fue amor a primera vista: distinto a cualquier otro modelo, acorde con el estilo que marcaban los pavimentos. También nos preocupamos de que la altura del caño del grifo, de latón cepillado, fuese cómoda y suficiente para el uso cotidiano.

El broche final son detalles como la lámpara de techo, fabricada por una empresa española que recicla tulipas antiguas. Arroja una luz muy sugerente a través de las tallas del cristal. Para completar la atmósfera de este bonito baño busqué otros detalles en toallas, jaboneras…

El acabado visual del conjunto se remata con una puerta de paso sin jambas ni marco de ningún tipo, que ofrece el aspecto de pared.

Importante también tener en cuenta la parte práctica a la hora de diseñar o redistribuir espacios. Entrar en casa y ver orden empieza por el recibidor, que tanta atención ha merecido en este proyecto. El mueble de madera maciza oscura, estriado, además de ser bonito cumple muy bien su función. El espejo y la lámpara de cristal del techo son de los años 60; fueron adquiridos en un Brocki. Una nueva confirmación de que los Brockis ofrecen soluciones y recursos espléndidos para el interiorismo.

Studio Grome_Project_Die_Kirsche
Studio Grome_Project_Die_Kirsche
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Studio Grome_Project_Die_Kirsche
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Studio Grome_Project_Die_Kirsche
Studio Grome_Project_Die_Kirsche
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Marcas involucradas en el proyecto

Diseño de interiores y coordinación general: Studio Gromé

Mobiliario: Laufen, Home 24, brockenhaus zürich, Talsee

Iluminación: Universo Terria, brockenhaus zürich

Complementos: Lyngby, Gessi, Tom Ford, Zara Home

Fotografía: Marcela Grassi
Estilismo: Studio Gromé

Maison Bleue

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